domingo, 6 de marzo de 2011

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La ilustración siglo XVIII
Corren años modernos dejando atrás la Edad Moderna y nos adentramos de lleno en una nueva época donde nuestro recién estrenado Rey Carlos III comenzamos a hacernos eco de un ambiente impregnado de razón. Todavía nuestro nuevo monarca está ultimando una serie de cuestiones militares que le ocupan. Esperamos que los ingleses nos dejen tranquilos por América, porque aquí se está llevando un cambio en la sociedad, donde aquellas cabezas cabizbajas adoptan una nueva postura que refleja la confianza que en si mismo están adquiriendo.
Como en casi todas las cosas, en España llegan tarde todos los movimientos culturales y sociales, aunque las ideas ilustradas no iban a ser menos, llegan tarde pero más moderadas y apoyadas por un Rey que ya dejó sus frutos en Nápoles y tanto lo echan de menos.
Dejamos atrás una época de tinieblas debido a la represión de un estado absolutista anterior  y se abre una época de luces, donde estamos aprendiendo unos métodos de observación, experimentación y crítica desde la comunidad intelectual y recomendados desde el Estado ya que este, aunque sigue teniendo el poder, se ha puesto de tarea que su pueblo adquiera cierta cultura básica.
El Estado ve la necesidad de la educación para el pueblo, donde se acaba de aprobar la muy acertada ley para escolarizar a todos los niños mayores de 4 años. Ya puedo ver a una Nobleza aterrada por lo que esto supone. Estamos racionalizando la Historia bajo el sentido común, cuyo esfuerzo nos proporciona una libertad para rechazar lo irracional, que de tanto nos han embriagado para logar una represión y temor que tanto nos ha mermado tradicionalmente.
Cuidado que el Estado no es liberal del todo, tan solo estrenamos una libertad para adquirir conocimientos pero siempre bajo la tutela del Estado, pero esto ya es un gran avance para nosotros, los de la capital, pero pensad lo que supone esta revolución intelectual en el campo. Estas zonas históricamente ha estado más reprimidas por sus nobles y ahora las personas que trabajan la tierra, aunque seguirán trabajándola, ahora lo harán bajo otro sentir más favorable puesto que se están mejorando las técnicas de cultivo, se está llevando una reforma agraria para mejorar el rendimiento y la comercialización. Todo esto contribuye a un progreso generalizado en la sociedad, donde se pueden criticar los errores del pasado y mejorar en base a la razón cuyo fin es una dedicación especial para analizar las causas y las posibles soluciones que las Historia no ha enseñado.
Cada día doy gracias a Dios por permitirme alejarme del poder autoritario que la Iglesia en mi se cebaba y estrujaba mi sentir. Los nuevos burgueses hemos adquirido posición moderada, gracias a las reformas del campo y el incremento de mercado, donde la monarquía nos ha hecho ensanchar nuestros bolsillos y ya no tenemos que rendirnos ante el clero ni los nobles. Una vez liberado de estos grilletes dogmáticas, ahora puedo ser más autónomo y puedo liberarme de los prejuicios de la Iglesia que desde hoy desarrollo mi propio análisis de los argumentos místicos ya que mi facultad de humano me permite analizar lo que he de saber bajo la confianza proporcionada  y despertada por la razón autónoma, critica y optimista.
Dentro de mi euforia, he descubierto en la razón un nuevo poder que atribuye al ser humano como una máquina casi perfecta y esto es lo que me da miedo, puesto que puede desencadenarse una guerra intelectual de poder que pondría fin al progreso de la ciencia y volveríamos a caer en las tinieblas de aquellos que se aprovechan de la analfabetización del pueblo para ostentar el poder.
Aquí te dejo mi reflexión:
La razón es el camino de la verdad y mediante la razón y la ciencia, la Humanidad puede ir progresando hacia una sociedad mejor, llegando a entender los fantasmas de la Historia para evitar que tanto la religión como el absolutismo, disminuya nuestras libertades y así  nuestros descendientes puedan tener acceso a la educación para hacerse personas más autónomas y no influenciadas por otros ya que todos estos aspectos nos deben de hacer más críticos incluso con uno mismo.
La ilustración hoy.
Estos aspectos fundamentales del ilustracionismo hoy son vistos desde otro punto de vista, aunque son la base del liberalismo.
El contexto del siglo XVIII se basaba en un poder absoluto donde el poder del Estado recaía en el pueblo, pero sin el pueblo. Donde la educación se abrió paso para llegar a todas las personas, pero en su justa medida, donde la religión vio disminuir su poder pero todavía influía en las decisiones de las personas. Tan solo la ciencia sembró el principio y las bases de lo que hoy conocemos como el Método científico.
Hoy sin embargo, la gran mayoría de estos aspectos ya nacemos con ellos adquiridos y no le damos la importancia de tubo en una sociedad oprimida. Hoy, como digo, tenemos pleno acceso a la educación y somos unos de los países con más fracaso escolar de Europa. Hoy tenemos plena libertad de expresión y nos hemos convertido en vez de personas críticas en personas peyorativas dado nuestro escaso poder de reflexión. La Historia nos aburre en vez de basarnos en ella para corregir los errores del pasado. Hemos pasado de ser personas autónomas a ser personas sedentarias dependientes de las nuevas tecnologías y en cuanto a la religión hemos pasado de facilitar el libre culto a faltar el respeto a todas aquellas personas que practican culto. Lo peor de todo es que cada día veo una sociedad que en ver de utilizar la razón en la acepción de la utilización del sentido común, utilizamos la irracionalidad por dejación del ejercicio de valoración de las cosas.
En definitiva hay que comparar lo que pudo suponer el fenómeno de la ilustración a finales del siglo XVIII y su repercusión social y lo impasibles que nos mostramos hoy en día a todo lo referente a los valores que definen al ser humano y lo hacen cada día un ser mejor.

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