La mayoría de las historias románticas tienen sus inicios en un día de primavera, pues bien, esta no iba a ser menos.
Su tez brillaba
bajo la tenue luz de los últimos rayos del sol antes del ocaso. Allí lucia de
espaldas, dejando visualizar su hermosa figura perfectamente contorneada por
los tejanos que la cubrían. La brisa del atardecer animaba a su blusa a
blandirse contra dirección.
Poco tiempo
después, el mismo brillo en su rostro iluminaba la habitación inutilizando la
luz emitida por dos fluorescentes. Mis manos estaban apoyadas en su cintura y
las suyas se unían entre si detrás de la cabeza apoyando sus brazos sobre mis hombros. Aún recuerdo el lento y
delicado momento en el que una de mis manos se separó de su cuerpo para apartar
el cabello que cubría cara y cuello como si de hebras de fina porcelana se
trataran… delicadeza!.
Ninguna ciencia
neótica podría resolver el enigmático movimiento deseoso por ser abrazado, cuya
consecuencia desató una sensación antes desconocida, solo con acercar mi rostro
al suyo y descansando los labios delicadamente sobre la tela que cubría su
clavícula… Perfume!.
De arriba hacia
abajo y de abajo hacia arriba sentí un leve hormigueo que recorría todo mi
cuerpo, cuyo epicentro se encontraba en el pecho por la forma que empezaba a
arder mostrándose al exterior con un
continuo temblor en el pómulo izquierdo de mi rostro. Todo fue efímero peo intenso excepto el tic
del pómulo que una vez instaurado quería ser partícipe de lo que a continuación
se desarrollaría…. Premonición!
Embriagado por el
aroma de su cuerpo y sin obedecer órdenes algunas, mi cabeza se giró por una
fuerza magnética atraída por su calidez, buscando con mis labios la piel que
recubre su esbelto cuello. Por un momento, el contacto obtuvo como resultado,
que mis más ocultos instintos devoradores quisieran, en ese instante, robarle
el alma. El aumento y pesadez de la
respiración obedeció de una forma caprichosa a que se desatara un efecto de
cataclismo enturbiando los sentidos y por un instante pude dar sentido a un
mundo que carece de sentidos…Deseo!
Su mirada se fijó
en la mía cuyos ojos se hacían cada vez mas grandes hasta que justo antes de
que nuestros labios se encontraran, se cerraron en un acto reflejo abandonados
a una luz que iluminaba aquella oscuridad.
Lo que se inició
con suma ternura desató una lucha entre ambas bocas, con el único fin de
intentar dibujar el contorno de cada una. En dilucidar cuán forma resultaría en
dicha exploración, parecía como si la vida se hubiere ralentizado
sustancialmente. Cuando hube ubicado sus dos picos en forma de corazón que
descendían hacia la comisura para seguir
dibujando un arco perfecto de su labio inferior noté como se acariciaban las
respiraciones intercambiando perfumes inéditos abocados a dejar la boca
tímidamente entreabierta…Pasión!
Fue entonces cuando
los mansos flujos que componían la saliva se enfrentaron, convirtiéndose en feroces océanos, sobre los
cuales se debatían ambas galeras en una épica batalla por abrir y cerrar las
diferentes papilas gustativas y saborear las profundidades de su amada en el
mismo intento de querer ser atrapada…Lujuria!
Mientras tanto
aquellas manos que torpemente salían de su hastío ahora gozaban de una
vitalidad sorprendente cuyos sensibles
movimientos por espalda, hombros y cuello solo anhelaban que el tiempo
no transcurriera…Amor!!!