domingo, 30 de abril de 2017

Nunca se ha escrito nada sobre un cobarde

 
El canto desganado de un gallo vulnera la fantasía de una mañana primaveral. A lo lejos, un tímido gris es amenazado por el fervor de unas nubes blancas, desorganizadas pero  en formación de ataque. Se dirigen  hacia el horizonte con la orden de asediar lo que vendría a ser una tormenta cojonera.
   Comienza la andadura rutinaria matinal de recorrer en procesión el fúnebre pasillo que separa la habitación del baño, donde espera tenazmente el verdugo para ejecutar la sentencia impuesta a un copioso almuerzo del día anterior. Una vez evacuada la capacidad total de la  cisterna avanzamos  con el ritual de higiene posterior.
   Mientras las lagañas viajan por el desagüe en clase turista, recupero cierta lucidez, efímera, hasta la inminente ingesta de café que estará por llegar. Deshaciendo el camino, ahora a través de un pasillo entre jardines y flores preciosas cubiertas de fresco rocío cristalino, regreso a la leonera de donde salí unos minutos antes llamándome la atención un tablero de ajedrez, bajo una partida presuntamente sin terminar. Me acerco a la ventana y experimento como se yergue prepotente una torre por el  efecto involuntario de un recuerdo evocador. Miro atentamente la disposición del reto de las fichas....algo va ha suceder.
   El relincho de un cabello sin rumbo, un alfil en depresión, una reina con mirada inexpresiva y unos pocos peones enfrentándose entre sí. El rey blanco, más bien morado ante semejante estrategia se refugia en su único castillo, el cual  mantiene sorprendentemente  intactos sus muros ante el continuo ataque enemigo. De las negras mejor ni te cuento, futuro acorde al color -....¿De qué va esta partida?,-pienso.
   La vulnerabilidad de ambos ejércitos va ha depender de los próximos movimientos.
Decido sentarte y observar la partida, total el mundo se acaba, la partida está perdida, más hoy me exijo eludir responsabilidades, el cambio climático ya está afectando y sino ya se encargarán los recientes electos  presidentes del planeta. De todas formas no tenía organizado ningún plan importante para el resto del día, mi café se ha enfriado, la torre ya sin oxígeno, blandecina y sin ánimo ni capacidad  de poder lanzar obuses desde su única y sonrosada  almena.
   El primer paso implementado en este nuevo desenlace  será de un único movimiento de fortuna con el fin de agrupar todas mis piezas aún en pie y dirigirlas contra mi propio Rey, este necesita llevarse un buen susto para que espabile de una vez y se deje de tanta gilipollez. Total, la Reina mira en otra dirección.
   Ante el inminente  suicido de las blancas, un peón reacciona contra todo pronóstico  desobedeciendo la orden impuesta. Impertérrito, mira hacia atrás y ve felicidad, esperanza, momentos irrepetibles algo surrealistas pero cargados de emociones,  las cuales se les  puede poner fin felizmente al otro lado del precipicio. Si mira hacia delante no ve nada. Hay una niebla espesa que aún perdura desde la ultima contienda, escombros, restos desmembrados de piezas caídas en el camino, una bomba que no explota y una trinchera  intransitable de puñaladas por la espalda.
   Mientras espero la reacción de las negras experimento como se me eriza el vello del cuerpo y tras esta reacción una brisa de aire fresco me hace tiritar. ¡Coño!, aún me encuentro desnudo y no solo eso, ... es que... ¡estoy sin vestir!
   ¡Atención! El adversario realiza un movimiento:(Bd7 a f4!!) Mi turno. A continuación realizo mi siguiente movimiento,...(me colocó el albornoz-+).
   -¡Jaque!- Balbucea tímidamente mi contrincante, con más miedo que vergüenza y alejándose cobardemente por miedo a las consecuencias.... -¡no hombre, no!- Que me acabo de cubrir justamente ahora. -¡Que fastidio, tío!- Resignado cogí el lápiz para anotar la jugada y a continuación, como es debido, paro el tiempo: misma hora, misma fecha, distinto día, exactamente un año después pero con distinto desenlace. Un haz de esperanza atraviesa la habitación donde un tiempo atrás dos cuerpos se fundían ferozmente en uno solo. Ahora la contienda se debatirá en otro campo de batalla con
mismos jugadores, mismas fichas, distinto resultado.
   (dxe5?!)- mueven las negras- Por el norte caen bombas desinteresadas hacia ninguna parte, en la meseta el asedio no tiene sentido y es para visitar al  psiquiatra, en las islas un conato de explosión amenaza con un artefacto sin estallar de una guerra anterior y en el sur durante dos días se sella en secreto un acuerdo que valdrá toda una vida (Dxp=)-turno de las blancas -  Sin embargo me veo obligado y digo obligado porque me rompe las pelotas tener que desplazar mis efectivos al noreste del tablero dejando sin defensa a mi Dama, pues si la perdiera me vería abocado a abandonar la partida y esta vez ni la Guardia Civil podría impedirlo, menos aún una pandilla de soplagaitas con sus respectivos culos que no les caben en sus mediocres asientos y unas papadas que impiden el cierre del cuello  de sus rasgadas y añiles  camisas.
   Tengo una pizca de intuición,- ya me lo decía yo mismo puesto que no hay otra persona que se percatara, de este mi  don,-  así que algo me dice que mire de reojo hacia  una esquina del tablero. Allí se encuentra un alfil arrodillado junto a  un cabello  moribundo intentando acceder con la cabeza hacia el corazón del animal  a través de una abertura en el abdomen que mantiene abierta con ambas manos pues su lanza descansa junto a él, a la derecha justo donde se proyecta la alargada sombra del cuerpo inerte con muy pocos minutos de sol en el horizonte. Varios peones pasan por su lado como si no fuera con ellos la partida....-¿extraño, verdad?-  Viviendo en un mundo de cotillas y maliciosos, la mente se va necrosando.
   Ensartado, marcho con mi ejército hacia un enemigo enervado(o-o-o) y a esperar – si te soy sincero,- no con mucha paciencia- pues sólo imaginar sus curvas, sentada sobre una roca golpeada por un oleaje pusilánime, el sol reflejado en el rostro magnifica  su belleza, el humo del tabaco sale de su boca formando sordos corazones que se disipan lentamente cuyo mensaje sus labios no se atreven a pronunciar pero son descifrados por quien acaba de aprender el arte del amor en una guerra sin piedad gracias a una diosa indú. Tumbado en la arena con las manos sobre la cabeza se dibuja una sonrisa en su faz mientras entorna los ojos a la vez que un pensamiento invade su sesera...- acabo de descifrar  los signos  cuidadosamente grabados en su perfecto trasero-
मैं हमेशा प्यार करता हूँ
 (DxD!!)+
-¡Perdona!... ¿Y ya está? ¿Fin de la partida?.
Lo que acaece a continuación quedó plasmado unos cuantos movimientos antes, más bien a continuación del movimiento cuatro de la apertura inglesa en su variante Gambito Romanishim. Es curioso que al principio movemos ficha con la intención de posicionarnos en el centro del tablero  sin más, mientras se va gestando la táctica en la cabeza y es ahí cuando comenzó todo. Todo empezó en (c4xb5), -soy de comer- Sin embargo las negras no intercambiaron el peón. Tardaría varios movimientos en empezar a ingerir ficha alguna. Mientras tanto la contienda se fue desarrollando en un ir y venir de batallas en diferentes escenarios de fortuna y algún que otro contratiempo hasta que la partida quedó igualada y rutinaria.
   En la calle el bullicio de unos fieles exacerbados se convirtió en silencio al paso de la imagen del Cristo del Entierro y Nuestra Señora de los Dolores. –Maldita coincidencia- Perdí mi Reina.
Lo cual me llevaría a un año exacto de continuo asedio y osadías hasta que esta mañana cuando el calendario marcaba un 30 de marzo reanudé la partida con la única intención de hacer todo lo posible para que el contrario venciera. Esa sería mi victoria: Luchar por la suya.
   Me alzo en armas, vigilo  los flancos, dirijo mis tropas y a darlo todo por aquello en lo que creo y me ha llevado hasta aquí ...“El Amor”... ya no hay marcha atrás.
   Con el inesperado giro que ha dado la partida logré hacer justicia. Supongo que con esta jugada conoceremos los  héroes y criminales que ocuparon la misma casilla durante los distintos movimientos en partidas anteriores.Un peón herido huye agonizante tras el ataque de una torre en toda su trayectoria para refugiarse tras el cedro de su Majestad. El miedo crea adicción y las adicciones matan.Ya a salvo sonríe con la esperanza de ser libre cuyo anhelo solo agrava un corazón roto que sea lo que sea que tenga que ocurrir se niega a otro desamor (Txe3+).
   ¡Tiempo!
Hace falta tiempo para reconstruir la partida desde el principio. Si pudiera volver atrás lucharía de nuevo por conquistar los muros que me  impiden avanzar y los atravesaría sin dejar opción a que el orgullo los refuerce y el batallón que compone la  decepción cabe trincheras en el lado opuesto, obligando que la avanzadilla  tome caminos inesperados y apenas queden fichas sobre el tablero.
  Ambos Reyes marchan solitarios hasta el centro del tablero despojados de sus reales séquitos. Avanzan con la intención de firmar un tratado que ponga fin a este sinsentido. Lo que queda de ambas  tropas maltrechas  se repliegan en sus respectivos extremos  del tablero, expectativas y en formación de ataque. Tímidamente se dan la mano sellando en secreto aquello que hayan acordado e inician su camino de vuelta. No llevarían ni dos casillas cuando los dos se pararon en seco. Lentamente se fueron girando quedando uno en frente del otro (d3=d6). Transcurridos unos segundos, podrían haber pasado horas, es cuando se deshacen de sus capas labradas en oro incoando una desesperada  carrera el uno hacia el otro, fundiéndose en un fuerte abrazo que perdurará por el resto de sus vidas, pues  preludian un final no deseado (tablas).