sábado, 30 de noviembre de 2013

Luna LLena



  -¡Ven!- sonó la voz al otro lado de la línea telefónica. Cinco tonos había dado su teléfono móvil antes de recibir la orden, cuya llamada esperaba de forma ansiada y meticulosamente programada. Aún así no  descolgó al instante, sino que lo dejó crepitar encima de la mesita junto a las copas vacías de la cena. Hoy tocaba bocadillo de mantequilla, queso y orégano, todo fundido al grill.

   -Voy- contestó él sin alterarse ni un ápice volviendo a dejar el teléfono encima de la mesa. No miró de quien se trataba pues ocho horas antes ya lo sabía.

   -¡Puedes venir!- se escuchó ahora en el mismo dispositivo que dos minutos antes emitía el imperativo monosílabo. Se trataba de la misma orden, algo más concisa pero con un tono más conciliador. Curiosamente aquella transmisión provenía de la misma persona que respondió minutos atrás. El ardid estaba concluido.

   -¿Qué sentido podría tener toda aquella parafernalia de llamadas en ambos sentidos?- Como si de un misterioso juego se tratase. Habían pasado veinte minutos cuando se encontraron bajo la luz tenue de los soportales de una plaza cercana al domicilio de ambos. Enfundados con sus ropas de trabajo no mediaron palabras y el que conducía puso en marcha su vehículo para salir del aparcamiento rumbo a su destino. Lo desconocido.

   Para ser más tarde de la media noche, de sus rostros emanaba una luz anormal, engalanada por el brillo de sus ojos, cuyas miradas no llegaron a cruzarse, pero de haberlo hecho hubieran omitido el saludo cordial que se procesaron.

   Entre ambos había una diferencia de edad que por respeto a ella habría he de omitir, pero aquello hacía que el silencio fuera prudencial, pues aún, ninguno de los dos sabía cómo iba a transcurrir la noche. Noche de luna llena, hermosa ella coronando majestuosamente un inusual cielo estrellado de verano, testigo de tantas historias, reluciente como nunca, silenciosa y mística.

   Algo más tarde - ya se encontraban a las afueras de la ciudad cuando de repente el vehículo giró a la derecha para dejar la carretera principal y adentrarse en un camino secundario, poco iluminado, para detenerse en la parte trasera de una zona industrial desértica a aquellas horas, justo en el mismo lugar donde meses atrás se volvieron a ver, pero esta vez todo era diferente. No se habían visto en el último mes y eso les preocupaba. No sabían si responderían como el mismo equipo que formaban, pero eran conscientes que el motivo que les había llevado hasta allí merecía la pena para jugarse la vida.

   Indecisos por elegir el mejor estacionamiento para no ser vistos, pasaron unos instantes inmersos en un tedio poco habitual entre ambos. Fue el sonido producido por la fresca brisa a su paso entre las esqueléticas ramas de unos arbustos mustios a esta época del año lo qué provocó la vuelta a la realidad. Tras revisar sus armas, se miraron a los ojos sosteniendo la mira impertérrita y salieron del coche.

   El se apresuró para abrirle la puerta, pero todo intento fue innecesario pues ella ya se encontraba fuera y con sólo una mirada inspecciono el lugar. –“Todo en orden-, aunque los latidos de su corazón iban en aumento y ese fenómeno era el indicador de que algo iba a ocurrir.

   Por un breve instante su mente viajó al pasado justo a aquel día en el que su padre le decía que si alguna vez tenía una difícil decisión que tomar, qué en la vida tendría numerosas, cerrara los ojos y escuchara a su corazón. Tenía sólo doce años entonces. Esta noche se dispuso no sólo a escuchar a su corazón, sino a ignorarlo por completo y se dejaría llevar por su instinto, así que sin pensarlo todo terminó allí. Una noche de luna llena.

Hoy, aquella noche quedó atrás y mientras escribo estas líneas aún me viene el recuerdo del aroma de sus besos.

viernes, 11 de octubre de 2013

Vox contristatus populi


   Cinco de la tarde. Como muchas de las últimas tardes durante varios años atrás, muchos, mi querida abuela saca su silla de enea al espacio reservado junto a su centenaria puerta.

A sus sesenta y muchos ha aprendido a descansar recostada en su sillón del pequeño pero acogedor salón. Nueva costumbre de su rutinaria existencia, inducida en parte por un programa de televisión donde ha escuchado que los japoneses, muy listos ellos, ha instaurado nuestra tradicional y saludable hora de la siesta.

  - La longevidad lleva implícito una formación continua para quien sabe aprovecharse de ello y la paciencia es una virtud que se aprende a desarrollar durante los años.-

   Feliz por comprobar que el tedio presentado en la calle a esas horas puede provocar que su frágil cabeza se incline hacia un lado y sus ojos entren en reposo cuyo resultado será la imposibilidad de ser testigo de lo que acontece.- “nunca se sabe dónde está la noticia”

   Triste, por el desolador panorama que el país está atravesando cuyos efectos secundarios recaen sobre la mayor parte de los ciudadanos, a veces frustrada, por haber asistido tan solo tres semanas al colegio, hace mucho de ello, se sumerge en su propia impotencia y desearía gritar con todas sus mermadas fuerzas. Grito que debería emitirse por medio de un micrófono de las dimensiones del objetivo de un observatorio astronómico.

  -Señores… el poder es nuestro ya que recae sobre el pueblo.-

   Con el recuerdo de haber leído algo parecido en alguna parte de nuestra Carta Magna, -¿cómo se interpreta dicha cita?-…-¿qué cualquiera puede acceder al poder?

… ¡Así nos va!

   Unos días atrás intentaba explicar durante la espera en la cola de la pescadería de Mariquilla, que nosotros, inconscientes  de ello, cubrimos los asientos del Hemiciclo con una serie de emblemas representados por quien sabe quién. Algunas personas que esperaban con ella, las más avispadas, se atrevieron a decir que sabrían enumerar por lo menos al cabeza de lista.

  ¡Mujer!, ¿cómo no ir a votar?

   Algunos corrillos formados a medida que se avanza en la espera, se podía escuchar los reproches por semejante barbaridad  -“vamos!... y perderme al vecindario con sus galas domingueras, incluso los que no van a misa, ahora que tengo un nuevo vestido y cita con la peluquera”. “¿Se atreverá Marina a ir de la mano de ese joven, veinte años menor?” ¡Si su Manolo levantara la cabeza!”

   Ya casi vencida por la soledad de la calle los recuerdos se agolpan en su cabeza y se deja llevar  vencida al cansancio:

-Las cinco, ahora de la mañana, Evaristo inicia su rutina agachándose imprudentemente en contra de su artrosis para abrir la persiana de su tasca. Agarra los tiradores con sus fuertes manos, surcadas por el paso del tiempo y la negativa de enfrentarse a la modernidad que proporciona un lavavajillas.

Los dos primeros clientes, madrugadores, impertérritos, lo observan impasibles pero impacientes por que la cafetera marca Joigga adquiera la presión adecuada para el primer café de la mañana. Evaristo recorre el habitual trayecto que separa la puerta de la barra como si tras la imagen de Nuestra Señora del Remedio se tratase.

 Sus clientes demandan impacientes sus respectivas dosis de brandy gaditano. Supongo que para que no se le olvide, aunque lleve treinta años haciendo lo mismo.

Este recuerdo altera el ritmo cardiaco de la frágil mujer, pues al principio lo que eran alfileres ahora parecen flechas, lo que se le clava en el corazón.

A medida que avanza la amanecida, la tasca se convierte en una especie de virreinato donde cualquiera del pueblo puede ir a retirar su patente de corso.

Lugar mítico para apagar penas, sus osados clientes, ahora muchos, se desinhiben a la hora de exponer sus pensamientos: “El país se hunde, nuestra forma de vida desaparece, ¿a dónde nos han llevado nuestros fieles politicuchos?... los únicos que se salvan de la barbarie. Para no ahogarme  en mis bravuconerías, tomaré otra copa antes de salir renovado de la tasca, pues he dicho lo que pienso” …Casi todos me han sonreído…¡Feliz!

Los escenarios de las guerras han ido cambiando a lo largo de la historia y si algo he aprendido es que las batallas no se ganan ni en la cola de la pescadería ni en la barra de un bar. ¿Se podría ganar en un colegio electoral? No era mi intención utilizar una pregunta retórica, pero como muy bien habéis adivinado, la respuesta es la respuesta.

   -¡Calla mujer! Cada día estas peor! Cómo dejar de ir a votar. Aunque ahora que lo pienso… ¿votar?, ¿a quién?-

   Cuando parecía despertar, todavía recordaba como su vecina en su estrecha cocina le contaba  mientras cocía los chuchos para sus rizos en el mismo cazo que utiliza para hervir la leche, el descredito que se han ganado a pulso los personajillos de la alta suciedad española.

 Es improbable, mas aún imposible encontrarse unas urnas vacías al final del día por mucho que pongamos en jaque al sistema político, -le decía. ¿No sería mejor proponer una reforma donde los políticos accedieran a su candidatura para ser elegidos mediante oposiciones, así sabríamos su nivel de preparación?. Con ello eliminaríamos el Senado, aumentando las arcas del  Estado sin tener que oprimir a enfermos, estudiantes, pensionistas, dependientes, parados, etc.

   El saludo de Juana, su vecina, le hace volver torpemente a la realidad. Juana es una mujer diez años menor que mi abuela, pero en los ochenta hay matices que son imperceptibles década más o menos y no hay tarde que falte a su cita su vecina, ahora mi abuela.

   -“Mala cara haces hoy”-

   -“Y para no tenerla, hija” Nos siguen manejando como títeres, lo sabemos y nadie hace nada para resolverlo”

   -“ Si que los hay. Lo que no hay es quien los sigua pues nos hemos acomodado en el ausentismo  imperceptivo donde nadie lucha por nadie y nuestros héroes se han apagado desilusionados. No por culpa de ellos”-

   Hoy lo tenemos todo lo que antaño no podíamos tener,  aún sin inquisidor, no dejamos de vivir bajo el yugo en una Edad Media enmascarada sin presentar batalla alguna, dejándonos llevar por nuestros particulares Nobles, delincuentes de elaboración casera, sentados en un Hemiciclo para emular aquella tabla redonda impregnada de honor y lealtad. Con Valores.

-“Entonces, ¿qué propones?, ¿Un cambio?... Si, peo no de grupo, ¿será de sistema, no?”

-Pues a mí qué me dices, ¡que se la arreglen los demás!

Espíritu  ahogado por imposición

domingo, 1 de septiembre de 2013

Osculum


  
La mayoría de las historias románticas tienen sus inicios en un día de primavera, pues bien, esta no iba a ser menos.

   Su tez brillaba bajo la tenue luz de los últimos rayos del sol antes del ocaso. Allí lucia de espaldas, dejando visualizar su hermosa figura perfectamente contorneada por los tejanos que la cubrían. La brisa del atardecer animaba a su blusa a blandirse contra dirección.

   Poco tiempo después, el mismo brillo en su rostro iluminaba la habitación inutilizando la luz emitida por dos fluorescentes. Mis manos estaban apoyadas en su cintura y las suyas se unían entre si detrás de la cabeza apoyando sus brazos  sobre mis hombros. Aún recuerdo el lento y delicado momento en el que una de mis manos se separó de su cuerpo para apartar el cabello que cubría cara y cuello como si de hebras de fina porcelana se trataran… delicadeza!.

   Ninguna ciencia neótica podría resolver el enigmático movimiento deseoso por ser abrazado, cuya consecuencia desató una sensación antes desconocida, solo con acercar mi rostro al suyo y descansando los labios delicadamente sobre la tela que cubría su clavícula… Perfume!.

   De arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba sentí un leve hormigueo que recorría todo mi cuerpo, cuyo epicentro se encontraba en el pecho por la forma que empezaba a arder  mostrándose al exterior con un continuo temblor en el pómulo izquierdo de mi rostro.  Todo fue efímero peo intenso excepto el tic del pómulo que una vez instaurado quería ser partícipe de lo que a continuación se desarrollaría…. Premonición! 

   Embriagado por el aroma de su cuerpo y sin obedecer órdenes algunas, mi cabeza se giró por una fuerza magnética atraída por su calidez, buscando con mis labios la piel que recubre su esbelto cuello. Por un momento, el contacto obtuvo como resultado, que mis más ocultos instintos devoradores quisieran, en ese instante, robarle el alma.  El aumento y pesadez de la respiración obedeció de una forma caprichosa a que se desatara un efecto de cataclismo enturbiando los sentidos y por un instante pude dar sentido a un mundo que carece de sentidos…Deseo!

   Su mirada se fijó en la mía cuyos ojos se hacían cada vez mas grandes hasta que justo antes de que nuestros labios se encontraran, se cerraron en un acto reflejo abandonados a una luz que iluminaba aquella oscuridad.

   Lo que se inició con suma ternura desató una lucha entre ambas bocas, con el único fin de intentar dibujar el contorno de cada una. En dilucidar cuán forma resultaría en dicha exploración, parecía como si la vida se hubiere ralentizado sustancialmente. Cuando hube ubicado sus dos picos en forma de corazón que descendían hacia la comisura para  seguir dibujando un arco perfecto de su labio inferior noté como se acariciaban las respiraciones intercambiando perfumes inéditos abocados a dejar la boca tímidamente entreabierta…Pasión!

   Fue entonces cuando los mansos flujos que componían la saliva se enfrentaron,  convirtiéndose en feroces océanos, sobre los cuales se debatían ambas galeras en una épica batalla por abrir y cerrar las diferentes papilas gustativas y saborear las profundidades de su amada en el mismo intento de querer ser atrapada…Lujuria!

   Mientras tanto aquellas manos que torpemente salían de su hastío ahora gozaban de una vitalidad sorprendente cuyos sensibles  movimientos por espalda, hombros y cuello solo anhelaban que el tiempo no transcurriera…Amor!!!

domingo, 18 de agosto de 2013

Ocultismo


   Hay personas que suelen vivir toda su vida adulta con una zanahoria metida por el culo. Esto no significa que caminen más erguidos que otros o que deba estar relacionado con alguna alteración de su carácter. Aunque no por ello, debe ser incómodo vivir en tales condiciones. Simplemente es una apreciación mal intencionada de un espectador absorto en su mundo y con las ideas desordenadas como una ensalada tras ser aliñada.

   Estaremos de acuerdo que la disposición de los elementos que forman dicha ensalada puede no ser aleatoria, es decir, que su disfrute final está determinado por la correcta mezcolanza de sus componentes y aderezos. ¿Pero cuando sabemos cuándo debemos de dejar de remover? ….- cuando lo dicta el corazón.

   Ayer, una mirada sin importancia, luego otra mirada más escudriñadora y más adelante el contoneo en todo su conjunto …..-se inicia el desorden.

Aún no está lista para ser servida.

¿Un toque de sal?........-mejor ASSUCAR!!!!

   Un leve error es el detonante para contemplar con detenimiento que unas lágrimas sinceras no merecen tal auto-mutilación, si ya nos hacemos daño por si solos…. a menudo. No buscaremos la perfección en todo lo que hacemos.

-“Te voy armar de valor y poder”- le dijo.-“Callaras bocas sin paladar y demostraras tu valía”-. Tres semanas después la falta de confianza y autoestima abortaron un primer intento,  pero los ingredientes ahora son de mayor calidad. Ahondemos en el origen del problema y vuelca de nuevo todos los ingredientes en el recipiente.  Tras una noche de estruendos estomacales,  solo una sesión teórica y chapeau!

   Hoy hecho la mirada atrás, todavía recientes las imágenes que laberínticamente se proyectan en  su conjunto, resultantes de un pasado aún presente. En ellas se puede contemplar el apetitoso contorno de sus arquitectónicas curvas, diseñadas por el mejor escultor de todos  los tiempos “La Madre Natura”, ahora extendidas en una esquina de la mesa a punto de ser degustadas.  No se trata de la correcta disposición en la mesa, es más bien, el amor que procesa el comensal.

 Un nuevo ingrediente…-zanahorias- puede cambiar el destino de un tradicional gourmet.

-“Pude comprobar su dulzura a través del tiempo, aunque en su ciudad natal pidió que la llamaran la “Amarga”. Su herencia paterna se remonta al último equinoccio del siglo XIII donde la “platea” o calle ancha le acompañará toda su vida y cuyo origen se encuentra en un valle de viñedos”.

   No es más que la simple fusión del contacto entre dos cuerpos deseosos de ser devorados, en cuyo viaje hacia la boca se desprende un aroma especial que perdurará hasta el fin de los días, como el  dulce cruce del aliento de los enamorados al besar y cuyo recuerdo estará presente cada vez que en lo más alto del cielo dirijas la mirada a una estrella.

   En la alta cocina como en el amor hay que conocer los ingredientes que van a participar. Es curioso que las zanahorias son tubérculos que se cultivan en la tierra y no dentro del ser humano, menos aún, en algún lugar del colon. Lo que sí es cierto que sus propiedades  serían enriquecidas por el continuo contacto de abono orgánico, pero -¿a costa de qué?-…. El precio que tiene que pagar su porteador es elevado…-always angry-

Sin embargo, aporta en el amor….no pensemos mal!! No, no es un aliado ante la disfunción eréctil, muy a pesar de algunas o algunos. Sino un alimento que además de las propiedades biológicas y nutricionales,  puede aportar al ser humano un cambio radical en su vida: Se eleva la predisposición a vivir más alegremente, a disfrutar de las pequeñas emociones que te brinda el cotidianismo, a cambiar el estilo de vida e incluso a perder la sensación de ridículo dadas las altas dosis risas.

  Así que visto de esta manera, tenemos dos formas de afrontar el día a día: una es la monotonía de sentarse a la mesa todos los días frente a una ensalada o sacarte la zanahoria que llevas metida por el culo y aprender a vivir!!!.

domingo, 23 de septiembre de 2012

De Espaldas


  
El gorgojo del mismo pajarraco, ejecuta puntualmente su recital matinal desde la marquesina próxima a mi habitación.

Rutinariamente fiel, se adelanta a la tecnología suiza “Made in China” del despertador con forma de manzana, como si la única intención fuera la de ayudarme a aplastar la manecilla con forma de gusano.

Lo peor de todo no es el hecho de tener que levantarme treinta minutos más temprano, sino la ruptura en la sucesión de imágenes que mi subconsciente muy agradablemente proyectaba….Alguien lo llamaría sueños. Con los parpados aún sin despegar del todo, elaboré un pequeño juicio ético entre el paralelismo del hombre y el buitre carroñero.

Antes de que pudiera percibir el perfume del café recién hecho, encendí mi portátil. Lo primero que apareció en la pantalla fue la última sesión de una red social con cara de libro y no pude, como no podía ser de otra manera, que sentirme abatido.

Diariamente este tipo de redes sociales se masifican de imágenes y mensajes hermosos donde lamentablemente la mayoría de ellos están editados por personas cuya moral circula en dirección contraria…será que con ello solicitan espirar sus pecados que atormentan una vida invadida en busca de una libertad. ¡Conseguiremos engañaros!

No puedo desactivar mi escudo y de vuelta a casa, semisentado en mi sofá frente al televisor, temperatura adecuada, con el devenir por realizar el impertinente movimiento para tomar de la mesita cercana, el habitual refrigerio con el envase sudoroso debido a su temperatura de  menos dos grados centígrados o por lo contrario, continuar inerte, dejándome devorar  lentamente por la emisión del receptor pixelado. De este emanan imágenes de una especie inédita, autóctona de un lugar remoto que no sabría señalar en un mapa. El Okapi.

¡Animales raros!...; un montón… ¡Quiero conocerlos todos!

¡Enfermedades raras!...; más…Pero no nos desviemos del tema…

Atónito ante tanta curiosidad, no deseo perderme ni el mínimo detalle de los calcetines que separan al protagonista de su calzado inapropiado. Impresentable y morboso… ¡cuánto por aprender!

-Pausa-.

Repentinamente como si algo estuviera pacientemente acechando la mínima distracción de mi cerebro, huérfano de atención, busco a ciegas aquella figura impertérrita de la mesita… ya no está fría.

Durante el viaje de vuelta a la vida, con el mando aún en la mano, cambio de canal y lo sorprendente del momento es lo que mi retina pudo retener durante unos segundos larguísimos. Misma especie… único protagonista… ¿qué ha cambiado?, ¿Acaso hay vida fuera  de la mía?, y si la hay ¿Por qué me da la espalda?

Sin explicación ninguna salgo de mi acomodada rutina aletargada y de entre todas las vidas, yo escojo, aquella que me ayude a salir del autismo.

martes, 10 de julio de 2012

Pasión

   En los últimos días se me ha despertado cierta “Pasión”  como consecuencia de las noticias relacionadas con la actual Prima de Riesgo y Bankia…quedo sujeto a revisión y aprobación.
   En el continuo intento por encontrar sentido a una de las acepciones de “banquero”, lo más parecido está relacionado con la delincuencia. Delitos legales que nos someten y conscientes de ello aún…sujetos por imperativo.
   Los canales televisivos en sus noticiarios informan que el Instituto Nacional de Sismología está detectando una serie de sismos con la intención persistente por asolar nuestro suelo…-Una persona  de rostro surcado por tantas arrugas como si hubiera sido surcada por los arados de una intensa vida, ojos cansados y mirada tierna, desconecta el televisor de la fuente de alimentación con una mesura antes desconocida por mi parte. Tomándose su tiempo se atrevió a pronunciar: “Los sismólogos deberían buscar el origen de estas ondas en el interior de la tumba del primer banquero de la Historia”
Pasión de Atenas, en el siglo V a.C. fue un manumitado o lo que es lo mismo, un esclavo que consiguió la condición de liberto, llegando a convertirse en una de las personas más ricas de su ciudad. Con él nacieron tres términos: argentarii ( banquero), nummlarii ( cambistas) y coactores (cobradores); ¡¡¡nace la Banca!!!
   Veinte y cinco siglos después, la Historia ha dado un giro muy grande, como no podría ser de otra manera. Lo triste es que lo impetuoso e intenso esfuerzo por estudiar el pasado para comprender el presente y construir un futuro prospero ha sido en vano…¿En que hemos fallado?
   Los argentarii…(no tienen mucho que ver con el BBVArgentaria) basaban el estudio para la concesión de un crédito en la integración y la honestidad de las personas trabajadoras. Una cita de Demóstenes decía algo así: “ En todo comercio o negocio, la reputación de un hombre trabajador y su honestidad, tienen un valor incomparable.”
  Hoy exponemos nuestros bienes cuyo valor debe de ser superior al principal del crédito solicitado con la única intención por parte de los argentariis no de aval, sino de yugo deliberado, cuya carga atenta contra nuestra integridad…¡¡¡Qué atrás quedó el concepto acuñado en la Antigua Grecia “ préstamo a la gruesa ventura”!!!
Los nummlarii, entendidos en números, haberes y deberes, eran expertos manipuladores de la moneda del momento, el dracma griego, cuyo significado etimológico es “Puñado”…entendiendo el símil no puedo, sino, que imaginarme a Rodrigo Rato frotándose las manos al frente de Bankia. Otro giro en dirección prohibida de la Historia representado por argenterris como este señor y sus homólogos: José Luis Pego, Jesús Bárcenas, Luis Olivas o Josep Mª Lara entre otros, los cuales haciendo honor a su condición, se han dedicado a cambiar los efectivos de sus respectivas entidades a sus bolsillos, cuyo eco no es otro que el  dolor emitido por millares de familias que han perdido sus hogares y se han quedado en la estacada. Más aún cuando no pueden cambiar sus bienes por la deuda contraída, a sabiendas que hace más de 2400 años si se podía computar este cambio porque ya quedaba sella do en el contrato y mutuo….¡¡¡Cuánto nos queda por aprender!!!
   Los coactores hoy en día tienen dos significados distintos: Un coactor es una persona que colabora junto con otra en un litigio…¡hasta ahí bien!... pero también puede entenderse como dos actores que comparten papel en una interpretación. Estos últimos, sin pasar por la escuela de intérpretes, politiquillos y gentucilla al frente de  bancos, son los que han puesto en jaque a todo un país, dejando a sus habitantes como simples figurantes que han de soportar los efectos nefastos de su mala interpretación, la cual, es el trasfondo de la principal situación económica del momento...THE END.
   En la Antigua Grecia un coactor (cobrador) debió de ser muy distinto al de nuestros días, o ¿no?, porque los actuales si han sabido cobrar, cobrar sus honorarios, aunque los pobrecitos hayan tenido que utilizar el desfalco y atentar contra personas integras y honestas. Botones, abogados o ministros han llegado a ser Directores Generales de excelentes Bancas……a few years later……R.I.P.
   Pasión de Atenas estableció los pilares de una Banca impregnada de pasión, donde los valores se medían por el grado de financiación de las personas, no por ello, sin cobrar a cambio…un negocio emergente. Hoy existe un paralelismo contra dirección y aún me sigo preguntando cómo se puede pedir un Rescate con cargo a fondos públicos para paliar la mala gestión de un banco, cuando estos son los primeros en desestimar la situación de sus clientes, para poder cobrar despidos y jubilaciones millonarias, eso sí, justa antes del desahucio generado por ellos mismos.
   Como sigo sin entender de casi nada, hoy me he levantado con la intención de pedir mi propio Rescate para solventar mi situación ya que creo haber oído que todavía queda algo de calderilla tras alguna tela de araña de un maltrecho cajón.

lunes, 2 de abril de 2012

La cuesta de enero

   Continuamente denominamos la “cuesta de enero”, al periodo comprendido desde el final de las fiestas navideñas hasta bien adentrado el año. Mas bien hasta que nos reponemos de los excesos curinarios y económicos asociados de esas fechas.
Paralelamente, cada final de año nos proponemos una serie de cambios que afectaran al buen desarrollo de nuestros anhelos. Todo ello con fecha 01/01/… cuya ejecución y resultados avanzan en  su máximo nivel sobre los mismos pasos de la misma pendiente.
Sin embargo, a medida que van pasando los días apreciamos cierto letargo, justificado por la aún inesperada realización y desarrollo, mientras entendemos que nuestros propósitos no eran tan a corto plazo, ya que fue más el ímpetu de su planificación  que la trazabilidad hacia una anhelada meta.
 Es curioso el extenso tiempo dedicado a la exhaustiva planificación de los mismos, la forma de mimar cada detalle, incluso el estudio desmesurado de los pormenores y dificultades a librar… ¡Cuántas ilusiones!, ¡cuántos cambios!, ¡cuántas mejoras!
¿En que me quiero convertir? ¿Seré diferente para mi desdicha?
Más efímero es el desistir a todos ellos, cuyo desinterés se convierte en otra “cuesta de enero”, aunque en este caso es más prolongada, pero no hemos notado síntoma alguno de cansancio. Sino que la angustia producida por la desilusión es más agotadora…¡frustrante! y alvidadiza-.
No existe receta, ni pauta alguna. Todos los años se repite la misma historia, hasta tal punto que la repercusión económica se hace imperceptible ante tan acusado daño producido por lo que pudo ser y no fue.

 ¡Cuidémonos de los excesos!... que todo lo bueno es ilegal, inmoral o engorda.
-Démosle más importancia a las cosas pequeñas que te rodean cotidianamente. Una sonrisa, por ejemplo, es más fácil de recordar (dejan arrugas) que todas aquellas situaciones que te han fastidiado el día, las cuales es imposible ponerles cara al final de día.(son más numerosas).
-Antes de salir a la calle, tomate tu tiempo frente a un espejo. Quizás lo que en él se refleje no es lo más grato, pero piensa que lo mejor de él está dentro y lo que se ve es solo el embase y si acaso ves algún defecto, es culpa del fabricante…del espejo ¡por supuesto!

Si reflexionamos un poco antes de abandonar tu camino, piensa no solo en el esfuerzo, sino en los resultados. Por ello no vamos a bajar el listón de nuestros anhelos, sino que vamos aumentar nuestros esfuerzos y continuaremos insistiendo. –“Lo que se persigue se consigue”
 Toma un respiro, oxigena, reflexiona y retoma lo que dabas por esfumado.
Los sentimientos son los mismos, pues no los podemos controlar, las justificaciones solo nos han de servir para dilucidar la forma más cómoda de afrontarlos ya que tenemos una “X” marcada en la casilla de nuestros logros y tenemos la necesidad y obligación moral de conseguirlos.

Si la pendiente se va elevando, iremos dando los pasos más pequeños, pero no por ellos menos firmes. Todo lo que nos produce un sentimiento de frustración, los vamos a sustituir por un nuevo reto, que al conseguirlo vamos experimentar una inmensa felicidad, la cual es la energía que necesitamos para ir ascendiendo.

Caminar sobre una horizontal es fácil a consecuencia del cambio experimentado al desistir en el intento de cambiar lo que desearías ser y simplemente no dejes de ser tú.
 Si pierdes tan solo cinco minutos al día de ser feliz, has perdido más de un día al año a lo largo de tu vida.
 ¡No quiero penar si pierdo más tiempo!